Presente merengue contrasta con la actualidad de sus exfutbolitas
Qué paradoja. El Real Madrid está viviendo un agitado inicio de temporada pese a la inversión millonaria, mientras los sacrificados en verano disfrutan de un dulce momento con sus nuevos clubes en Europa.
Obviando la lesión de Kaká y el complejo momento de Michael Essien con el Chelsea, Ricardo Carvalho (Mónaco), José María Callejón, Raúl Albiol, Gonzalo Higuaín (Nápoli) y Mesut Özil (Arsenal), los hombres que abandonaron la Casa Blanca en el mercado de fichajes, están rindiendo en un nivel altísimo en sus respectivas trincheras liberados de la presión que, en algunos casos, les señalaba como los principales responsables del deslucido palmarés de las más recientes temporadas bajo las órdenes de José Mourinho.
Algo están haciendo bien los que se fueron y algo estarán haciendo mal los que decidieron que se fueran. Cuestión de enfoques. Habrá quien piense que les pesó la playera merengue y que, la feroz competencia interna que suponía la llegada de Bale, Isco, Illarramendi y Carvajal, terminaría por menguar sus aspiraciones de ser protagonistas en Madrid.
Lo cierto es que Carvalho se ha erigido como el patriarca de la zaga del líder Mónaco en la Ligue 1; Albiol, Callejón e Higuaín son protagonistas en el Nápoles, segundo de la Serie A por detrás de la Roma, y Mesut Özil desarrolló un fascinante idilio con la filosofía de juego de Arsene Wenger en el puntero de la Premier League, el Arsenal.
Ya se habla de que los próximos candidatos a abandonar el barco blanco serían Karim Benzema, Sami Khedira y Ángel Di María, veremos si el todopoderoso Florentino Pérez se sensibiliza y aprende la lección, o le sigue dando rienda suelta a su voracidad mediática en pro de la infructuosa teoría de la Nueva Era Galáctica.
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