Tuvieron que pasar 16 años para que Colombia pudiese volver a una Copa del Mundo. El hambre generada en ese tiempo, compensada ayer en el agónico y heróico empate ante Chile, revolcó al país colombiano en emoción y jolgorio. La gente no lo pensó dos veces y salió a festejar el histórico suceso deportivo que su representativo nacional había conseguido en Barranquilla.
Sin embargo, la euforia excedió los límites de lo sano y terminó pasando factura. Más de 2,000 peleas se registraron, según informes de la Policía Colombiana, a lo largo de todo el país. Asimismo, y siendo el dato más trágico de todos, 5 personas perdieron la vida por armas de fuego y accidentes de tránsito.
Por otro lado, la guerrilla de las FARC se unió a la algarabía nacional, declarando su orgullo y felicidad por el equipo de José Pékerman y el pueblo colombiano, desde La Habana, Cuba.
“Estamos acá muy contentos por el empate logrado en Barranquilla frente a los bravos araucanos de Chile, país que no se doblegó. Estamos acompañando todo ese jolgorio, esa alegría que hay en Colombia, el deporte une pueblos y naciones”, afirmó Ricardo Téllez, vocero de la entidad.
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