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LA EVOLUCIÓN DE GARETH BALE

El jugador galés ha tenido diferentes posiciones a lo largo de su carrera.

Es la historia de un chico llamado Gareth Bale, el flamante refuerzo del Real Madrid, quien a los 14 años de edad ya militaba en las categorías inferiores del Southampton, al que llegó con nueve años de edad. Como lateral empezaba a destacar de forma interesante, más allá de su velocidad evidente, el chico tenía un misil en la izquierda.
Tal era su superioridad con su extremidad zurda, que el propio Bale admite que se le imponían unas reglas especiales: “No se me permitía tocar el balón con la izquierda en los partidos de entrenamiento. Si lo hacía, era falta para el contrario”.
Aun así, su destreza física y con el balón tenía un pero: su escasa masa muscular. Quizá por eso Wenger y Ferguson dudaron de él al final cuando pretendieron ficharle con 16 años de edad. Sin embargo, el Tottenham ofreció primero cinco millones, luego 10, y se llevó un proyecto de futbolista. “Reconozco que fue un error preferir a Walcott (el mejor amigo de Bale en el Southampton), no necesitábamos otro lateral realmente”, llegó a decir Wenger en 2011.
La diferencia radica en la confianza que otorgaron los Spurs en un jugador que prometía transformarse en la revelación lustrosa del futbol mundial. El río del tiempo les otorgó la razón. Uno de sus últimos mentores, Harry Redknapp, lo aclaró a finales del año pasado: “El juego de Bale, está a la altura de Cristiano Ronaldo y Leo Messi”. Algunos discrepan, pero sin duda hay que intentar asimilar las declaraciones de un hombre que apostó por la evolución del fichaje más caro de la historia.
Bale comenzó como lateral izquierdo, y esos inicios han servido para que incluso hoy, se siga considerado ésta como su mejor posición. Algunos analistas técnicos opinaban que Bale era un jugador con un recorrido largo, que sumaba más al equipo llegando por los costados, aunado a que su ubicación en esa posición permitía al equipo tener otras opciones en el interior izquierdo, enriqueciendo de esta forma la capacidad ofensiva del Tottenham con más variantes por dentro. Sin embargo, Redknapp decidió modificar la posición de Gareth.
Ante la sorpresa de muchos, Harry comenzó a alinear a Bale como interior. Lo alarmante, fue que empezó a colocarle en banda derecha, donde daba la sensación de estar limitado técnicamente al no poder aprovechar su juego exterior con su pierna más hábil. Los principales problemas de Bale jugando como interior en la época de Redknapp eran de asociación, aunque también una falta de control sobre el ritmo del partido, mismo que mermaba sus aportaciones.
Gareth no era capaz de abrir líneas de pase y prácticamente todas sus recepciones interiores terminaban en conducciones largas e infrenables, situación que se volvía fácil para la marca de los defensores. Llegaría el fin de la era de Harry Redknapp al frente de los Spurs y arribaría en 2012 el portugues André Villas-Boas al banquillo, con esto impulsaría la evolución clave en el juego del galés.
André limaría esas asperezas que sufría como interior, convirtiéndolo en segundapunta. Sin ser un futbolista que destaque por sus conceptos asociativos, es capaz de hacer grandes controles orientados y de formar conceptos en pared.
Ahora el galés llega al Real Madrid como fichaje estelar, y dependerá de Ancelotti en tomar la decisión de retomar el trabajo de Redknapp o continuar con lo hecho por Villas-Boas. Solo el tiempo aclarará la interrogante.

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